¿Por qué surge El Mural del Grillo?

Los colonos de La Ceiba (Mérida, Yucatán) poseemos una revista informativa “Vive Ceiba”. Circula bimestralmente y con ella podemos informarnos de todo lo que la mesa directiva hace para mejorar nuestro entorno.

 

No podemos negar que se ha trabajado arduamente y que hay gente con muchas ganas de cooperar dentro de nuestro fraccionamiento: ahí tenemos la construcción de la bodega, el esfuerzo por separar la basura, el sensibilizar a los dueños de las mascotas a que levanten sus popos, artículos interesantes sobre nuestra flora y fauna así como artículos chuscos que nos ayudan a subir el ánimo pues nos recuerdan que no sólo problemas hay en nuestro rededor.

 

“Vive Ceiba” la pagamos todos con nuestra contribución mensual. Si se fijan hay una apartado en el informe adinistrativo y que en el No.27 (Mayo – Junio 2015) tuvo un acumulado de dos bimestres por $23,032.96.

 

Todos podemos contribuir en la publicación de la revista. Para eso surgió, para que sea una especie de ojos de todos los que lo formamos. Es un órgano informativo que no todas las comunidades poseen y que debemos sentirnos orgullosos y más que nada, tratar de ser parte de ella pues cada uno de nosotros tendrá interesantes ideas que ayudarían a cambiar muchas cosas dentro del fraccionamiento. 

 

En lo personal, he contribuido con varios artículos, que han sido publicados. Sin embargo, esta vez se me negó la publicación del artículo referente a los topes diciéndome que mientras esté esta mesa directiva, esta clase de artículos no se publicarán, pues van en contra de lo que ellos están realizando. ¿Acaso su objetivo no es combatir la velocidad, que podamos transitar en NUESTRO FRACCIONAMIENTO tranquilamente y que siga siendo el Mejor de Mérida?

 

Antes de distribuir casa por casa el artículo, y después de que se me diera la contestación anterior. Mandé un correo de un editorial escrito por Felipe Arizmendi publicado en el Diario de Yucatán, intitulado “La Diversidad no es una Amenaza”. (Artículo que añado más adelante)

 

Al final del correo escribí que no entendía la razón por la que se prohibía su publicación ya que dicho artículo no ofende a nadie, no atenta contra el bien común y que en cambio podría modificar paradigmas para así poder dar una solución al problema de la velocidad.

 

Esperé dos semanas y al ver que no recibía contestación, mandé otro pidiendo sus comentarios al respecto. Esta vez sí recibí respuesta en la que obviamente no se permitiría la publicación del artículo en Nuestra Revista y entre otras cosas más,  lo que a continuación copio textualmente :

 

“Le agradezco su disposición a cooperar, cada uno desde nuestra trinchera. Yo con el consejo directivo en turno y usted como residente, por el bien de nuestro fraccionamiento”.

 

Por esta razón pongo manos a la obra y decido, como bien dice el Sr.Torrado, trabajar desde mi trinchera, con el único ánimo de ayudar a mi comunidad e invitar a todo aquél que quiera ser oído, que quiera compartir algo que pueda ser útil a nuestra comunidad, que ayude a la mejora continua de nuestro fraccionamiento respetando siempre la libertad de expresión:

 

             ”Mi libertad termina donde comienza la de los demás”

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