En la Asamblea anual de 2014, la planilla que contendió para las elecciones  causó un gran revuelo ya que la actual mesa directiva nos hizo ver, sin falsos argumentos, pero quizás sí muy alarmistas, sus deseos de querer aumentar los terrenos en nuestro fraccionamiento.

Todo hacía ver estas intenciones pues los integrantes tenían un acercamiento al club. Y por nuestra falta de un régimen de condominio debidamente establecido, cualquier intención que favorezca a una u otra parte, nos vuelve temerosos de tomar cualquier decisión.

En lo personal, yo soy socia del club y me agrada sobre manera pertenecer a él por los beneficios que siempre me ha brindado.

Desde hace 28 años que llegamos a Mérida y lo primero que hicimos fue comprar una ACCIÓN para pertenecer al club, ACCIÓN que desgraciadamente no ha subido de valor por circunstancias que en este momento no repararé en explicar.

Hace 19 años que vivimos en el fraccionamiento y se han vivido transiciones trágicas pero beneficiosas para la comunidad, una de ellas, precisamente la negativa por parte del fraccionamiento  de abrirnos a más terrenos sin antes consolidarnos internamente.

Desde que vivimos aquí nuestro más firme deseo ha sido contar con una relación de apoyo y ayuda mutua Club y Fraccionamiento. Somos UNO  pero INDEPENDIENTES EN NUESTRA ADMINISTRACIÓN.  Ambos nos necesitamos para hacer del fraccionamiento una comunidad fuerte e íntegra. Pero eso sólo se logra, repito, si hay respeto por nuestra INDEPENDENCIA.

Hace un año, quisimos formar una planilla para trabajar por el bien común de la comunidad. Ustedes conocen los pormenores, así es que sobra comentarlos de nuevo.

                           Explico el inicio de esta misiva:

Si realmente hubo intenciones de servicio en los anteriores integrantes de dicha planilla:

   _  ¿ Por qué no continuaron su labor de convencimiento para trabajar por nuestro fraccionamiento?

  _ Hubo un acercamiento  a algunos de ellos para pedirles su apoyo, sin éxito.

  _  Hemos visto un sin número de anomalías con la actual mesa directiva y creo que muchos lo saben   ¿ dónde está el apoyo para poder cambiar?

Si de verdad hay ganas de trabajar y cambiar las cosas que no nos agradan, creo firmemente que no debemos  de sucumbir ante una derrota. Eso es lo que ellos quieren, que les dejemos el terreno  libre para que continúen  haciendo lo que ellos quieran.

A seis meses de que haya otras elecciones y después de todo lo ocurrido anteriormente, no he quitado el dedo del renglón y continúo con el firme propósito de querer trabajar para mi comunidad. Ahora, invitándoles a que ustedes se unan  y formen  planillas que puedan contender en la próxima asamblea. Es sano  que haya competencia pues da aires nuevos a la comunidad.

 Recuerden que lo que está en juego es nuestro patrimonio. Aquí todos tenemos voz y voto no sólo los 7 integrantes de la mesa directiva.

Salgamos de nuestra zona de confort. El trabajar por nuestros bienes,  sí efectivamente nos exige trabajo,  pero con un fin de satisfacción tan  profunda  que olvida todo el  cansancio  realizado.

                 ¡UNIDOS POR LA CEIBA!